jueves, 31 de marzo de 2011

Ausencia

Hace algún tiempo que noté la ausencia de palabras.
El hambre, con acopio cero de provisiones, se fue calmando sin saciarse, y yo notaba como los dedos se acostumbraban, dolorosamente, a aguantar sin probar sustento. Arañándolo todo en la búsqueda, excavando sobre las superficies que me recordaban que alguna vez sí pude. Porque hubo época en que desde el pulgar hasta el meñique fluían letras sin tinta, con la pantalla apagada, en horizontal o vertical. Mas se va un periodo con otro, y lo tienes que aceptar: ''que sí, que las voces huyeron, murieron presas''. No se pudo hacer nada por ellas.

4 comentarios:

  1. Las palabras solo están esperando a que alguien vaya y las coja, las ordene, y les de un sentido, sólo hemos de buscar aquello que nos llame a nombrarlo.

    volverán :)

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  2. Espero que sí. Ayer me di cuenta de que había cosas decentes que tenía perdidas en archivos, al menos sacando partes de ellas. Creo que me he vuelto demasiado perfeccionista y sin materia prima, esas dos mezclas sin imposibles.

    ¿Y si aquello que nos llama a nombrarlo ha desaparecido y somos conscientes de ello?

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  3. A veces son dados a desaparecer, o más bien a esconderse, mi objeto desapareció, pero se que no me ha dejado, sólo tenemos que saber buscarlo en otro sitio, mirar hacia otro lado, cambiar el filtro o simplemente no empeñarnos en que esté visible. Puede que vuelva solo, o puede que tengamos que darle confianza. Si no creemos en lo que somos capaces de hacer, nunca lo haremos.

    El perfeccionismo, te lo puedo decir yo, sólo es malo si no se sabe usar y no se admite sus limitaciones; la materia prima es inagotable, al menos la de las palabras, sólo tenemos que cojer pico y pala y adentrarnos en el subterráneo.

    Sólo tenemos que adaptarnos al presente.

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  4. PD: te animo a que saques esos archivos y les des un fin, échales una vuelta y sácalos, seguro que valen más de lo que crees.

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